10 nov 2011

¿Se puede sanar el abuso sexual? (1 de 4)


¿Se puede sanar el abuso sexual? (1 de 4)
La praxis de una psicoterapia corporal hedonista y emancipadora

Por Miguel Angel Pichardo Reyes
Curar el Trauma. Consultora en Psicotrauma y Victimología
¿Qué es el Abuso Sexual Infantil (ASI)?
Es cualquier interacción de naturaleza sexual que mantiene un adulto (o adolescente) con un niño o niña, con la intención de gratificarse sexualmente y fundado en el poder que le confiere la asimetría de edad y desarrollo, utilizando medios coactivos o la seducción a través del juego y el abuso de confianza.

Tipos de Abuso Sexual Infantil
Existen dos tipos de ASI: con contacto físico y sin contacto físico. Dentro de los primeros se ubican los manoseos y tocamientos en zonas erógenas, así como el forzamiento a llevar a cabo la gratificación genital del adulto, pudiendo haber o no penetración. En el segundo tipo se distingue por las alusiones sexuales, el hostigamiento, proposiciones sexuales, mostrar pornografía, enseñar los genitales, así como otros medios gráficos, verbales o simbólicos, con la intención de estimular sexualmente al menor.

¿Quién es un sobreviviente del abuso sexual?
Son hombres y mujeres (adolescentes, jóvenes y adultos) que vivieron uno o varios eventos de abuso sexual en su infancia, y que en la actualidad presentan malestar, síntomas o trastornos psicológicos y somáticos. Se les considera “sobrevivientes emocionales” porque lograron reponerse, en la medida de sus posibilidades, a esa situación traumática, y sin embargo en la actualidad resienten los efectos psicológicos a largo plazo.

¿Todos los sobrevivientes desarrollan trauma?
No, no todos los sobrevivientes desarrollan trauma psicológico ni tampoco es preciso que desarrollen alguna psicopatología psiquiátrica. Sabemos que el 70% de los sobrevivientes son afectados psicológicamente, y de éste, alrededor del 17 al 40% sufren alguna psicopatología clínica y de la personalidad importante. Sólo el 30% de los sobrevivientes han podido asimilar la experiencia sin problemas aparentes. Los efectos varían de acuerdo a la frecuencia e intensidad del abuso, así como al tipo de trauma.

¿Cuántos tipos de trauma existen?
Aunque existen muchas clasificaciones, podemos distinguir dos: Trauma tipo I y Trauma tipo II (y Trauma mixto). El Trauma tipo I: Evento único, repentino y externo que no se acompaña de dolor masivo ni adormecimiento psíquico, ni baja autoestima o problemas severos de la personalidad. Trauma tipo II: Exposición repetitiva a eventos traumáticos externos, produciendo negación, represión, disociación, pérdida de autoestima, autohipnosis, identificación con el agresor o vuelta de la agresión contra sí mismo.

¿Cuáles son los efectos traumáticos en los sobrevivientes de abuso sexual?
Podemos estimar que entre el 17 y el 40% de los sobrevivientes de abuso sexual padece Trauma tipo II, esto es, una constelación de trastornos psicológicos que van de moderados a graves y crónicos. Dentro de los trastornos y malestares psicológicos nos encontramos con: Trastornos por adicción (alcohol, cocaína, inhalantes, sedantes, hipnóticos y ansiolíticos), Trastornos psicóticos (depresión psicótica, esquizofrenia paranoide, trastorno delirante y trastorno psicótio breve), Trastornos del estado de ánimo (trastornos afectivos, depresivos y bipolares), Trastornos de ansiedad (trastornos de angustia, agorafobia, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada), Trastornos psicosomáticos (trastorno de somatización, trastorno de conversión, hipocondría y trastorno dismórfico corporal), Trastornos disociativos (amnesia disociativa, despersonalización y trastorno de identidad disociativo), Trastornos sexuales (ausencia de deseo sexual, aversión al sexo, trastorno de excitación sexual, de erección, de orgasmo, eyaculación precoz, dispaurenia, vaginismo y parafilias, incluyendo la pedofilia, el sadismo y el masoquismo), Trastornos alimenticios (anorexia y bulimia nerviosa), Trastornos del control de impulsos (trastorno explosivo intermitente, ludopatía y tricotilomanía) y Trastornos de la personalidad (trastornos paranoide, antisocial, esquizoide, narcisista, dependiente, límite y evitativo de la personalidad).

En nuestra práctica clínica hemos constatado que los más frecuentes son los trastornos depresivos, de ansiedad, por disociación y de personalidad. La gravedad de muchos de estos trastornos ameritan un tratamiento médico psiquiátrico, otros más son susceptibles de tratamiento psicoterapéutico de apoyo, de contención y profundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario